André Breton
Una de las figuras más representativas de las grandes pulsiones artísticas y literarias del primer tercio del siglo XX es sin duda André Breton (1896-1966). Breton creía que el ser humano es como un animal encerrado en una jaula, dando vueltas y vueltas sobre sí mismo, y asumió una suerte de pasión amorosa por la pureza salvaje, por la desnudez original, donde la vida vuelve a ser lo que era, realidad viviente, no una mera exterioridad cuantificable sin sustancia ni contenido. Y pensó que esto sólo puede cumplirse si la potencia del deseo nos conduce a las raíces más profundas y auténticas de la Imaginación. De ahí que terminara proclamando que «solamente es bello lo maravilloso», como da buena muestra el río de imágenes que seleccionó tan cuidadosamente para este libro.